El café como infusión, no llegó a Europa hasta principios
del siglo XVII, y se consideraba como un medicamento para vencer el sueño. Unos
años después, en 1683, abrieron sus puertas, en la ciudad de Venecia, los
primeros cafés. Muchos de ellos parecían tabernas, sin ventanas, sin luz y mal amueblados.
Un siglo después, la veneciana plaza de San Marcos ya albergaba 24 de estos establecimientos.
Aún se mantiene el Florian, que abrió sus puertas en 1720 con el nombre de Venecia
Triunfante, aunque pasó a llamarse como su primer propietario, Floriano Francesconi
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